viernes, 19 de diciembre de 2014

Luces de neón

¿Nunca habéis observado las luces de neón? Esas barras luminosas que adoptan formas, que adornan todo tipo de lugares frecuentados en la noche. Las que pueden colapsar Las Vegas, Tokio y Pekín o indicarte la ubicación de una tasca de mierda.

Estas luces siempre me han fascinando, ya sea por ser algo bohemio o porque mi falta de sueño me pida algo de luz en las noches más largas. Son una de esas cosas que puedo mirarlas y darles mil vueltas, pensando en todo o sin pensar en nada, una de esas cosas que me inspiran y otra de tantas que me puede dejar en Babia.

Una luz de neón puede cambiar constantemente de color, en una noche en la que crees que no puedes cambiar nada, y así esa lágrima puede ser azul, roja, verde y amarilla antes de recorrer tu cara.

Para mí las luces de neón representan el lado mitológico de la vida nocturna,  mi zénit sería que  un día se hiciesen comunes estas luces adoptando mi rostro, como lo hacen con Andy Kaufman en “Man on the moon”, o con la cerveza Budweiser, para mi seria poder decir: algo he hecho bien, estoy iluminando a otros que tratan de aclararse con un whisky con poco  hielo, soy el que convierte en destellos de  colores su mundo de  oscuridad.


Es bonito ser luz de león aunque te pongas a parpadear.

sábado, 11 de octubre de 2014

El rostro del momento

Puede ser fácil ubicar en qué momento se produjo algún cambio importante en nuestra vida, pero casi nunca somos conscientes en el preciso instante en que lo estamos viviendo.

Todo era muy confuso entonces. Tras una larga temporada abandonado en mi más absoluto descontrol y olvidando cualquier tipo de responsabilidad, me vi de golpe perdido, ya no veía el sentido a la vida que llevaba y no sabía hacia dónde dirigirla. Había pasado de verme como el rey del mundo a sentirme solo en mi trono.

Quizá pensaréis que voy a hablaros de un momento en el que de repente todo cambió y cobró sentido, pero no es el caso, porque las cosas no funcionan así. En aquel momento yo solo hablaba, miraba mi cerveza y soltaba una verborrea similar a la que os cuento ahora mismo.

Daba vueltas a aquel tercio, al que de vez en cuando echaba un trago, hasta que levanté la cabeza y me encontré con su cara, me sonreía mientras me escuchaba. A pesar de lo que me ocurría, me sentía mejor, me encontraba realmente bien en aquella mesa con ella.

En realidad podría pensar que no ocurrió nada especial ese día, pero en ese momento al mirarla, sabía que algo empezaba a cambiar, y que no habría marcha atrás…


https://www.youtube.com/watch?v=fjDojEOiMcE

lunes, 1 de septiembre de 2014

Películas demasiado cortas

Quien me conoce sabe que soy un gran fan de las películas de Rocky, si lees mi blog alguna vez verás que soy un entusiasta de la motivación, la superación y esas mierdas propias de una producción barata hollywoodiense.

Este  tipo de historias realmente ayuda, te da impulsos y te aporta una visión más optimista ante tu vida o ante tus retos. Pero la realidad es que el éxito no es solo cuestión de impulsos, hay que tener constancia, no solo es pasar de estar desesperado a crecerte completamente, si no de mantenerse a pesar de no ver resultados inmediatos.

Pues la película dura 2 o 3 horas como máximo y tiene que dar saltos temporales, por lo que la carrera de Rocky, que debe ser de un buen rato, la vemos en un par de minutos. Esto es un engaño en el que caigo a menudo, en un momento dado se me ocurre algo que escribir, de golpe me siento el puto Gabriel García Márquez y lo escupo todo del tirón, me acostumbro a esto y me puedo pasar dos meses sin publicar ni escribir nada…

Obviamente así no puedo mejorar, debería a estar dispuesto a pasarme horas delante del papel en blanco, escribiendo y borrando ¿Pero quién va a ver una película que incluye 90 minutos de esto o de Sylvester Stallone corriendo por su pueblo? ¡Nadie, porque es un peñazo! Y a nadie le gusta ver un peñazo, como no le gusta vivirlo.

Creo que esto es lo que tanto a mí como a muchos nos falta asimilar, y que no nos puede transmitir ninguna película, hay que estar dispuesto a aburrirse. Si quieres llegar al lugar más alejado del mundo te tienes que fumar un viaje largo, en ocasiones monótono y pasar mucho tiempo aburrido.

Tal vez muchos hayan llegado a esta conclusión antes que yo, y sea una de las causas por las que haya logrado cosas increíbles, e irónicamente habrán inspirado películas demasiado cortas…


https://www.youtube.com/watch?v=-I_pygi3TVw

martes, 26 de agosto de 2014

Porque no quieres escuchar la respuesta… (Continuación de la entrada anterior).

Ir al mar relaja a cualquiera, incluso a mí, y a mi incansable manera de dar vueltas a la cabeza. Decidí pasar las horas en el paseo marítimo, echaba las tardes allí, paseando de un lado a otro hasta cansarme y verme obligado a sentarme.

Creía haberme calmado, creí que había logrado que tu voz se perdiera entre las olas y haberte dejado como un mal recuerdo que había creado mi imaginación. Ya no te culpaba de nada y asumí la responsabilidad de toda mi frustración.

Pero estaba desesperado, me sentía maldito y me sentía impotente y mirando al mar me pregunté “¿Cómo acabo con esto?”. Es entonces cuando regresaste…

Me abrazaste por la espalda y hablaste más claro que nunca: “¿De verdad quieres hacerlo?”. Asentí inmediatamente, cerré los ojos un momento, y cuando los abrí, vi mis manos completamente arrugadas. Ya no estaba en la playa, si no en lo que parecía un patio interior, completamente solo y sentado en una silla de ruedas.

Vi mi reflejo en una cristalera, era todo un anciano con la edad bien avanzada y debía estar en algún tipo de residencia de la tercera edad. No entendía muy bien lo que ocurría y te dije que con la voz ahogada “¿Qué es esto?”. “Pues lo que tú querías”, comenzaste a decir; “Ya se está acabando todo, todos tus problemas ya pasaron, prescribieron chico, solo tienes que esperar relajado tu final”.

Y entonces volviste a callarte zorra, me habías puteado y yo no tenía argumentos para reprochártelo, que manera de divertirte conmigo…

El hecho es que era un viejo inválido y agotado que se había saltado toda su vida por miedo a sufrir. Intentaba moverme  y apenas podía, mi cabeza funcionaba a marchas forzadas y definitivamente no hay nada que podía hacer, solo arrepentirme.

Comenzaba a darme cuenta de todo lo que era capaz de hacer antes y no hice; pude haberme hecho más fuerte, pude haber superado mis desengaños y aprender de ellos, enfrentarme a mí mismo, superar mis propios límites, seguir buscando aun estando tan perdido… Tuve la habilidad y tuve el tiempo.

Ya no estaba  frustrado solo sentía rabia y estaba más loco que nunca, una vez más lograste que te gritara desquiciado: “¡ESTA VEZ TE HAS PASADO!”, “¡Esto no es lo que quería hija de puta de mis alucinaciones!”, entonces tu carcajada alcanzó todo su esplendor, tu puta carcajada retumbando mi cabeza “¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!”.

En ese momento dejó de importarme ser un moribundo, saqué las fuerzas de donde no me quedaban y trate de incorporarme, hasta yo me reía ya “Esta vez te voy a encontrar, iré arrastrándome hasta ti si hace falta y TE METERÉ LA SILLA POR EL CULO!”, logré ponerme en pie, lo tenía decidido, me libraría de ti, aunque ya fuera tarde, eso no me lo iban a impedir.

Noté como se recuperaban mis fuerzas e incluso levante la silla, de nuevo sentía la fuerza de mis músculos y la lance con todas mis fuerzas contra una ventana, al romperse cerré de nuevo los ojos y esta vez al abrirlos vi como lo que rompía era una ola enorme, había regresado a la playa, volvía a ser joven, y tu risa había cesado. Entonces observe el mar, inmenso, como mis posibilidades…

Ha pasado bastante tiempo de aquello y creo que al fin puedo decírtelo: gracias por responderme.

https://www.youtube.com/watch?v=sNZTVADGxvQ

domingo, 6 de julio de 2014

¿Por qué no respondes?

¿Estas ahí? ¿Puedes oírme? ¿Por qué no respondes?

Ya ni siquiera estoy seguro de que estés al otro lado, apenas se si oigo tu respiración o solo me la imagino, y tu risa, esa carcajada tuya, se me hace tan real…

En ocasiones, cuando bajo la cabeza y cierro los ojos siento que me susurras algo, rápidamente me vuelvo miro hacia todas partes y no veo nada, tu voz se aleja con el viento y vuelvo a verme solo en mitad de la calle. Entonces camino más deprisa, con impotencia, con fuerza, con rabia, cada vez más rápido, hasta verme corriendo como una liebre que escucha disparos.

No pienso parar, hasta que tropiezo y caigo de rodillas. Cierro mis puños y los golpeo repetidamente contra el  suelo, es cuando me oigo gritar “¡JODER! ¡JODER! ¡JODER!” una y otra vez.  Mi voz clama: “¿DÓNDE TE HAS METIDO? ¡Se qué estás en alguna parte! ¡No sé qué es lo que quieres, pero quédate o márchate de una vez si no tienes nada que decirme!”.

Respiro un poco y retomo mi monólogo, gritando más que nunca: “¿CREES QUE TE NECESITO EH? ¡Siempre he estado perfectamente sin ti! ¡DEJA DE OCULTARTE O DÉJAME EN PAZ!”. Entonces rompe a llover, como única respuesta… Me levanto tambaleándome y me río de mi mismo, hasta que vuelvo a preguntarme ¿Por qué no respondes?

https://www.youtube.com/watch?v=76WJJ57YoG0

martes, 24 de junio de 2014

Buscando esa sonrisa

Anoche emitieron en Telecinco Intocable, una entrañable película sobre un hombre de barrio marginal que cuida de un tetrapléjico rico. Curiosamente la había visto hacía una semana en bluray, pero no pude resistirme a verla de nuevo, total no consideraba que pusiesen nada mejor. Me he animado a reflexionar sobre ella aquí, por lo que si no lo has visto y te interesa verla no sigas leyendo.

Es una película, según cuentan, basada en una historia real, no sé hasta qué punto será cierto, pero han logrado que la historia de amistad sea realmente creíble para mí. No puedo imaginarme en una situación como la que vive Philippe (siendo tetrapléjico), pero si se lo que no querría: compasión hacia mí. Justo lo que no le ofrece su amigo Driss, este le trata como a un igual, sin más delicadeza que a nadie.

Esto no sé si le sucederá a todo el mundo, pero pocas cosas me pueden doler más que la compasión o la condescendía, hieren profundamente mi orgullo, porque el hecho de que sientan lástima por mí también me lleva a pensar que se me está mirando por encima, eso te puede enfurecer, como le pasa a Philippe.

En la recta final de la película, vemos a un hombre que ha perdido completamente la sonrisa al marcharse su amigo, se debe volver a enfrentar a su enfermedad del mismo modo que lo hacía antes de conocer a Driss y ha perdido toda su ilusión.

Alarmado por la situación Driss regresa y le lleva al mar, donde le concierta a Philippe una cita con la mujer que le gustaba. De ese modo llegamos a la escena final, donde Philippe sonríe, y no de cualquier modo, muestra esa sonrisa auténtica, esa sonrisa de saberte feliz de verdad, de sentirte realizado, de no sentir miedo, de estar agradecidos, de esa sonrisa que aun siendo más afortunados, cuesta sacarnos a todos.

https://www.youtube.com/watch?v=EoaPhxNubL0

lunes, 21 de abril de 2014

Lo eterno y nuestro

 No somos gente de grandes historias, de grandes éxitos, de emocionantes vidas. No coleccionamos miles de amantes, no somos unos genios, no somos grandes atletas, no somos vigorosos, no ostentamos grandes fortunas, no somos populares, reconocidos ni estrellas, no tenemos una deslumbrante belleza y no tenemos nada que todo el mundo quisiera…

De cada mil pasos que damos apenas imitarían uno, pues nos cuesta acertar, y observamos nuestros errores en infinidad de libros de oradores, psicólogos, religiosos e iluminados pedantes que se creen capaces de crear el manual definitivo para la vida.

Nos quejamos, nos herimos, la cagamos, aburrimos y lloramos. Más si quieres criticarte por completo no existirá el tiempo posible para hacerlo.

Y si; es frustrante, te jode, te acompleja y puede quitarnos el sueño. Pero no nos va a bastar con ello, pues de algún modo por dantesco que sea todo esto aun creo que nada de lo mencionado es infinito.

La idea de mejorar, de remontar, mirar atrás y no verlo tan mal, el creer que todo lo que acabo de mencionar puede quedar minimizado por un solo resultado victorioso, ese sueño si es eterno…

martes, 25 de marzo de 2014

La araña Alan

Saludos humanos, me encuentro colgada bajo mi telaraña, lo que me permite ver el mundo como seguramente muchas veces lo veis vosotros: completamente del revés. Dada mi naturaleza, yo no logro distinguir muy bien cuál es su posición correcta, no distingo el suelo del techo y en este sótano tampoco distingo muy bien la noche del día.

Se supone que soy un depredador implacable, pero no es la sensación que logro tener y no es precisamente lo que creo que me de la fama, pues a mí, la araña Alan, se me conoce más bien por todo lo contrario. Soy una araña distinguida por ser lenta y torpe, que teje donde no tiene que tejer y acecha dónde nadie va a pasar.

En algunas de las pocas ocasiones que he logrado cazar también me han robado otras arañas, por lo que cuando mi velocidad no es burlada por una mosca, encuentro la humillación en mi propia especie. Percibo las carcajadas incluso en mi descanso, de cada insecto, de cada hermana…

Como os decía un mundo al revés para mi es uno bastante realista, por ello me encuentro bastante bien aquí colgada, puedo columpiarme, dar vueltas sobre mí misma, mecerme acurrucarme o hacerme un ovillo dónde nadie podría encontrarme.

Soy la araña Alan, también conocida como el cazador cazado, demasiado pequeña y regordeta, por ello soy la que más hambre pasa y la última de las mías en llegar a tus pesadillas.

Pero no termina aquí mi historia inmensos humanos, como os cuento la frustración esta hasta en el rincón más pequeño de vuestro mundo, hoy apenas podréis verme y por ello me volveré cada vez más grande.  

sábado, 22 de marzo de 2014

Esa bestia

Llevaba mucho tiempo sin sentir la noche, sin acudir a un viejo columpio, sentarme y levantar la cabeza con la esperanza de ver alguna estrella, e imaginar que el viento silba con la intención de decirme algo.

Cuando sopla con fuerza puedo sentir como agita mi pelo hacia todas direcciones, como grita que deje de mirar hacia arriba y lo haga hacia el frente. Que me levante que grite y sacuda la culpa, el pasado y que saque la bestia que ruge dentro de mí.

Y hoy escribo de nuevo porque creo que ahora tras algo de tiempo, mereces que diga algo diferente. Pues podrás pensar que si tanto me dice el viento ¿Por qué estoy tan callado?

No sé si sabréis a que me refiero, pero si lo sabes y lo sientes, no encarceles más esa bestia, dará golpes en tu estómago, y nunca te implorará. Rugirá cada vez más fuerte, porque sabe que retumbará más fuerte que cualquier cosa o motivo razonable que te haga retenerla.

Así que aquí me tienes de nuevo mi querido lector, dispuesto a mejorar a través de lo que te digo, dispuesto a arriesgar y ser tal vez un puto bocazas al que en algún momento le prefieras calladito. Pues no veo otro camino para tener alguna posibilidad de que la bestia respire, se sienta libre y me deje tranquilo.

sábado, 8 de marzo de 2014

La resaca

El amanecer se reflejaba en las gafas de sol de dos jóvenes muchachos, se hallaban sentados en el banco de un pequeño parque infantil. Reinaba un silencio que se vio interrumpido por los pasos de un tipo que hacía footing.

¿Te parece normal?- Comentó Santi haciendo un esfuerzo para no sonar demasiado ronco- ¡Qué putas ganas de hacer ejercicio a estas horas!

Es cierto, no entiendo como no le apetece más vomitar al lado de un columpio- rió Mario.

Eso ha sido un golpe muy bajo- dijo Santi recalcando el “muy”.

Mario siguió con la mirada al hombre que iba corriendo hasta perderle de vista. Era fácil, en un momento como ese, menospreciarse y sentirse culpable al compararse con él, pero tampoco terminaba de entender un modo de vida en el que ignorase sus impulsos, consideraba que el mundo era suyo por más que este se riera de él. Su resaca y su frustración no eran más que un pequeño precio a pagar

No recordaban mucho de esa noche, tampoco lo necesitaban, sabían que había estado llena de risas, pero que su dignidad seguramente no quedó muy bien parada. Habrían tenido charlas a grito pelado entre balbuceos ebrios y seguramente habrían hecho el ridículo ante algún grupo de chicas, con burdos y desesperados intentos de seducción.

Al empezar a recordar avergonzado alguna de esas cosas, Mario empezó a canturrear para distraerse “we all live in a yellow submarine, yellow submarine, yellow submarine…”

Creo que a María le gustaba- interrumpió Santi.

Bueno, es innegable que hiciste que se divirtiera- volvió a burlarse Mario.

¡Bah! Que envidia que tienes…- Santi no se extendió mucho en su defensa debido a un repentino retortijón el estómago- sea como sea lo pasamos bien- sentenció.

Pues claro coño- afirmó Mario- Buenos o malos, no hay nada mejor que unos tragos entre colegas…

Ambos se rieron y siguieron allí hasta que salió completamente el sol. De algún modo esos momentos resultaban muy reconfortantes.

lunes, 3 de marzo de 2014

El regalo del dolor

Hay días en los que inevitablemente pienso que es mejor no levantarse, que no podré salir ahí fuera y hacer nada medianamente bien.  Siento  que no me espera nada que me motive, que no tomaré decisiones acertadas, que no me depara un buen rato y que lo que haga no me llevará a nada.

Por suerte no tengo demasiado tiempo para pensarlo más y aguerrido vacío mi mente y sigo sin mirar atrás, las horas pasan más rápido de lo que imagino en un principio y llega mi momento de parar.

A la noche me recosté en mi sillón, quería olvidarme de todo y relajarme, nadie podía quitarme eso.

Apenas pasaron unos minutos cuando llegó sin avisar: un latigazo terrible y demoledor de dolor por todo mi cuerpo, que me echó para adelante y me hizo mirar al suelo. Me temblaba cada músculo y apenas me podía mover.

Apoyé las palmas de las manos para intentar inclinarme lo que hizo que aumentase el dolor, cerré con fuerza los ojos y logré ahogar una lágrima.

A priori podría considerar que el dolor era cruel por resultar inesperado, pero había hecho mella más allá de lo físico, me había sacudido, me había despertado. Sentir como lo contenía, lo acumulaba y luego empujaba contra él para poder moverme era realmente emocionante.

Sonreí por primera vez y no sé muy bien por qué pero sabía que era lo mejor que me había pasado en todo el día.

martes, 25 de febrero de 2014

Bye baby

Llega un nuevo tiempo lejos de ti nena, ya no hay nada que esté dispuesto a  hacer por ti y  tampoco por mí mismo. Has anulado todo lo que he sido y ya no sé quién soy, ni quien quiero ser. Has nublado mis sentidos, has quemado mi camino y hasta aquí llegue princesa.

El desgaste que produces ya no creo que compense, los momentos que vivimos ya no sé si son contigo o con mi propia ilusión. Ya no eres quien veía y lo tienes que asumir.

Te entendí como el destino y ya no creo que necesite uno, porque ahora seré libre y tendré el mundo para mí, ya no entiendo que me pides ni que puedo esperar de ti.

Sé que ahora estaré solo, confundido y sin saber qué hacer. Que seré un timo más en tu vida y que no tendrás los mejores recuerdos de mí. Pero siempre hay esperanza y puede que lo mejor aun este por venir.

lunes, 17 de febrero de 2014

Mis grandes héroes

Siempre me ha gustado caminar sobre colchones. Trato de convencerme de que me encuentro bajo la protección de unos ángeles, unos héroes que velan por mi y que me aseguran que todo me saldrá bien.

De hecho no creo que sea todo la culpa mía, es a lo que me he acostumbrado, es lo que se me trataba de transmitir y es con lo que crecí.

Recuerdo que hubo unos días, desde la ignorancia, en que no me conformaba, y quería ser uno de ellos.  No sé en qué punto olvidé la idea y seguí refugiándome, pero como bien sabréis, eso no funciona siempre, porque como ya dije: crecí.

Crecer no es solo hacerte más alto o envejecer, crecer es despertar, y al despertar se me hizo más duro observar a mis héroes. Pude ver su vulnerabilidad, pude ver que por más que quieran no me pueden  asegurar nada, que no camino sobre colchones y que nada es como parecía.

Ahora ya no veo en ellos ningún héroe, de hecho en ocasiones tengo la impresión de que les veo implorar, que ya nada pueden hacer por mí. No sé si todo es cuestión de que ya he crecido o de que ellos ya tampoco son los mismos, en cualquier caso es una realidad que debo asimilar.

Puedo verlo en sus ojos, como me lo dicen, “es tu turno chico”, y es entonces cuando lo veo claro, se acabaron los tiempos de héroes y tal vez se acerque el momento de que yo sea uno de ellos para alguien, no me termina de gustar la idea la verdad, pero no hay otra salida, o todo su trabajo no habrá tenido sentido.

martes, 11 de febrero de 2014

El príncipe de hielo

Cerrabas muy fuerte los ojos para no tener que llorar, finalmente afinaste tu técnica y ya no te tenías que esforzar.

No te quejabas, ni te alegrabas, ni te deprimías. Te sentías poderoso al congelar todo dentro de ti mismo, así por fuera eras una brillante estatua, con una arrogante sonrisa y una gran mirada de autosuficiencia, como si nada te afectase y como si nada pudiera irte mal.

No era suficiente príncipe, habías congelado muchas cosas, pero no habías destruido ni una, por lo que seguían ahí, ante tus impasibles ojos.

Y así te encontrabas en una tormentosa tortura, cuyo único consuelo era que solo tú podrías observarla, y que por tanto, te permitía aparentar una flamante victoria.

Ante los demás todo estaba bajo control, veían tus fracasos sí, pero parecían parte de un gran plan.

Tú siempre tan tranquilo, tan creído, tan cargante…

Pero a mí no me has engañado, eres el príncipe de hielo, y te atreves a todo pero eres un cobarde, vas muy deprisa pero siempre llegas tarde…

martes, 4 de febrero de 2014

Inspiración

Gente, la inspiración es un engaño, un solo instante, a veces tan fugaz como un autobús en hora punta, y aprovecharla es como querer bañarte dos veces en el mismo rio.

Es observar lo inobservable, incluso cuando ya lo observaste. Es creerte un visionario y de golpe sentirte un mediocre. Es la ventana a la realización mientras sigues encerrado en la frustración. Es la luz de neón en la oscuridad de un tugurio y tu whisky con hielo. Es todas esas cosas y muchas otras más, pero la necesito…

La necesito porque, como ya he dicho, es un engaño. Y en los engaños, creo poder encontrar grandes verdades y quizá pueda mantener esa inspiración un instante más.

Si gente, soy un cutre fanatizado de las frases épicas, y creo en algo más que en ese engaño. Quiero ese instante extra, que marque una vez más la diferencia, y que me ayude a dar un paso más. Que me guste una vez más lo que hago, y que inspirándome pueda inspiraros y que riéndome pueda haceros reír.

En definitiva creo que la inspiración es una de las claves para dar sentido a una frase que leí recientemente: “Si conquistas a los demás tendrás el mundo, si te conquistas a ti mismo, serás eterno”.

Inspírate baby, ¡Dattebayo!

sábado, 1 de febrero de 2014

Boxeador sin rival

Casi nunca vemos de donde vienen los golpes, en ocasiones podemos sentirnos como un boxeador que no localiza a su rival en el cuadrilátero. Siempre alerta pero sin ver venir ni una sola de las hostias que le están lloviendo.

Levantas de nuevo la cabeza y tratas de recuperarte pensando que la próxima la pararás, es entonces cuando viene la ráfaga más fuerte… ¡pam!, ¡pim!, ¡pam!, ¡pum!

La sangre te gorgotea por la cara, te consuelas con su sabor metálico y esbozas una sonrisa como única defensa ante tal descabellada paliza.

Tus piernas te tiemblan y la vista se te emborrona, tu k.o es inminente y en el encontrarás tu consuelo, lo sé, lo sabes…

Pero ahora tienes un respiro, y tirarse al suelo es tan apetecible como absurdo, tu deber es seguir sufriendo, soltar tu ira aunque sea golpeando al aire con la esperanza de estrellarte con algo. Así solo logras zarandearte de un lado al otro por el ring… lo que para colmo propicia un nuevo contragolpe de tu rival, que ahora está dispuesto a acabar definitivamente contigo.

Esta vez te has cubierto y logras empujarle, distanciarle y por primera vez observarle ¿Cómo no lo habías hecho antes?

Nos ocurre a menudo, no localizamos el problema aunque este delante de nuestras narices, ese púgil despiadado lleva demasiado tiempo riéndose de ti sin verte reaccionar. Pero tranquilo colega, empieza un nuevo asalto… 

domingo, 26 de enero de 2014

No pienses, solo di NO

No pienses, solo di NO
¿Quién no conoce la gran frase? Desde que somos muy jóvenes nos viene persiguiendo. Tú escuchas “Di NO…” y ya sabes lo que sigue, “a las drogas”. Un mensaje bien clarito, que ya observábamos en las camisetas de esos partidos de fútbol benéficos, camisetas que llevaban estrellas comprometidas con la causa como Maradona.


El cambio de tendencia fue drástico, fumar pasaba a ser pecado mortal, mientras el fórmula uno que lucía Marlboro salía disparado para no volver a pista. Ahora si estábamos siendo educados en condiciones, con este mensaje se comienza a crear una generación más sana, más limpia… Y más inducida y carente de personalidad.

No todo el mundo resulto así, también se podía dar el caso del joven atrevido que por el simple hecho de llevar la contraria, o atraído por el morbo de la prohibición, se lanzó a meterse todo tipo de mierda. Con esta nueva división resultaba mucho más fácil diferenciar al “bien encaminado” y al “mal encaminado”.

Efectivamente muchos de los “mal encaminados” llegaron a un mal destino, pero otros encontraron sus límites y supieron reconducirse por su propia conciencia sin necesidad de llegar a la inmundicia o a ingresar en un centro de desintoxicación. Pero claro estos datos no interesan, son arriesgados, es mejor ser tajantes, la clave es el DI NO.

El DI NO es la gran consigna del “bien encaminado”, el que asumió el mensaje, el inquebrantable, el más inteligente, el sujeto ejemplar. Jamás fuma, jamás bebe y por lo tanto jamás cae en nada peor… No lo hace porque en su cabeza ya está bien implantado: “di no” “es malo” y punto.

¿Qué por qué es malo? ¡Pues ni puta idea! Ya me he grabado en la cabeza todos esos panfletos antidroga y te los puede reproducir cuando quieras ¿Para qué necesita más si ya esta salvado? Total no estamos preparados para experimentar, es muy peligroso, no se puede tener la suficiente personalidad para controlarte y disfrutar alguna vez de ello sin necesidad de engancharte o depender de ello para divertirte, eso es iniciarte por el “mal camino” amigo.

El problema, llega cuando se da el caso de que nuestro colega ejemplar, tras haber cumplido religiosamente su doctrina, sigue sin estar para nada satisfecho con su vida. Analiza, mira detenidamente su “buen camino” y deja de asociarlo como su “salvación”, pasando al otro extremo: “esto me pasa por no haber disfrutado de nada”.

¿Ahora va a probar el prohibido placer? No… Va a engullirlo, va a buscar desesperadamente llenar su vacio con él, y nuestro “Anakin Skybuenchico” se va a convertir en “Darth Jonky”.

No digo que esto suceda matemáticamente, pero pasa cada día, cuando alguien quiere descargar sus frustraciones aniquilando todos los principios que cree que no le han ayudado una mierda. Podemos decir que eso es no tener personalidad, pero, instruirle a que se limite a decir NO sistemáticamente ¿Es ayudarle a formarse una?

jueves, 23 de enero de 2014

Sueños de trenes...

No era una noche calurosa, tampoco se podría decir que fría, pero era una noche agobiante.  Había un fuerte zumbido en su cabeza que no le permitía relajarse, tardó horas en conciliar el sueño, hasta que a regañadientes dejó de observar el mundo real durante un rato.

Ahora viajaba en un tren junto a sus amigos, se divertía, aunque en ese momento no prestaba demasiada atención a la conversación. Se quedaba pasmado cuando el tren paraba en una estación que él no había visto nunca, le producía un efecto extraño, se le disparaba la imaginación y le dejaba en la inopia.

Como si no pudiese contenerse, se bajó corriendo de aquel tren, sin mirar hacia atrás y sin observar si alguien se alarmaba por su arrebato… Quería bajar allí y subirse a otro tren, algo le pedía tomar otro camino. Cruzó el andén y se subió al tren que estaba en frente, sin fijarse ni siquiera en hacia donde se dirigía.

Una vez allí sentado, con su nuevo tren en marcha, comenzó a sentirse muy confuso, no entendía que había hecho ni por qué. El caso es que tampoco sabía si realmente estaba arrepentido, si estaba haciendo bien o mal. En resumen, estaba asustado y  estaba perdido…

Necesitaba ayuda y no sabía a quién recurrir. Un poco más hacia delante, pudo observar a una chica, con una melena larga y oscura, que se encontraba de pie frente a la puerta del vagón, como si esperase la próxima parada para bajarse. Se aproximó hacia ella y la dijo: “Perdona, ¿Podrías ayudarme? Me he perdido, este no es mi tren, nunca he estado aquí y ahora no sé como volver”.

La joven le miró contrariada, le observó bien, se mostró preocupada por él y le respondió. “Bueno, ¿Dónde querías ir?”. El chico se sintió algo sobrecogido, a fin de cuentas es la misma pregunta que se hacía él y no le salió ninguna respuesta. Al ver como ella le miraba confundida, se forzó a decirle donde se dirigía en un principio, junto a sus amigos.
-          Ibas con ellos ¿Y ahora estas aquí?- Preguntó extrañada.
-          Bueno, pensé que encontraría un camino más corto en otro tren…
-          ¿Y así te has perdido?

El chico se dio cuenta perfectamente que ella no le podría ver ni pies ni cabeza a su historia, pero tampoco se le ocurría nada mejor que decir. La muchacha, compasiva, no le obligó a dar más explicaciones. “Está bien, te ayudaré, pero no sé muy bien cómo se va hasta allí, sígueme y buscaremos el modo”.

Siguió a su nueva guía y tomaron un nuevo tren, al que siguieron varios trasbordos, no parecía tener muy claro dónde debía ir, y a pesar de ello, por un motivo inexplicable (como suele suceder en los sueños) confiaba en ella, le ponía mucho empeño en encontrar el modo de llevarle de vuelta, y durante los trayectos charlaba con él, le escuchaba y, por momentos, comenzaba a sentirse muy bien junto a ella.

El viaje parecía no tener un fin, hasta que en una estación ella dio con un tipo al que parecía conocer, se acercó a este y le dijo algo. Parecían tener mucha confianza, lo que (inexplicablemente también) alarmó al chico, como si le asustara que hubiera algo entre ellos, como si justo ahora hubiera empezado a divertirse con su odisea ferroviaria y llegaba alguien a chafársela.

Tras acabar de hablar, ambos se acercaron a él, el desconocido le miro sonriente y comenzó a hablarle: “Hay un tren aquí que podría llevarte dónde quieres ir, pero no es un tren común, necesitas esto para poder subir, suerte chico”. Le tendió una pequeña moneda plateada, le índico el camino, inclinó levemente la cabeza como gesto de despedida y se marchó.

“¡Deprisa vámonos!, está a punto de salir“ le apremió la joven sacándole de su ensimismamiento.
Encontraron el tren, efectivamente era diferente, más pequeño, se accedía a el por su parte posterior y arrancaba desde un oscuro túnel. De repente volvían a asaltarle las dudas que le habían arrastrado hasta allí, miró el tren un momento y se volvió hacia ella. Esta también le miro, sonriente, y dijo, como si le leyera el pensamiento: “Y bien, ¿Qué vas a hacer? Se irá, con o sin ti”.

Como siempre, parecía no haber respuesta posible, para algo había llegado hasta allí, debía de ser su camino… Entonces fue cuando por primera vez lo comprendía, lo tenía en su mano: “La moneda será quien lo decidida”.

Lanzó al vuelo su nueva moneda, muy alto… y antes de que comenzase a caer la muchacha le respondió, con cierta tristeza, “Esto no es tan sencillo” Y le besó.
Segundos después podía empezar a oírse como el tren comenzaba a arrancar, tenía que correr, y justo en el impulso de soltarla… Despertó.

Había tenido otro de sus sueños de trenes…

martes, 21 de enero de 2014

Gota a gota, agotado

Soniiiiido http://www.youtube.com/watch?v=cND6G9q_8VA

Esta tarde el sol intenta resplandecer como buenamente puede ante el estorbo de las nubes, las calles quieren rugir que hoy se está fraguando un buen día, el dolor trata de esconderse como si aun no estuviese teniendo efecto, tu mundo busca una posición cómoda que le ayude a mantenerse firme y de este modo ignorar un más que posible desmoronamiento y tu ocupada mente te mantiene al margen de todo esto.

Es posible que no estemos hechos para parar, y que nuestra ignorancia y nuestra inconsciencia sea nuestra fuerza, que ese rato en el que piensas o te pones a leer las gilipolleces que escribo, no te beneficie nada. Pero al final  el hecho es que da lo mismo, aunque mires hacia otro lado no puedes escapar, lo verás claro y todo esto se te vendrá encima. Porque lo veas a o no, gota a gota, te agotas…


Lo bueno es, que a pesar de ello, todo el engranaje quiere seguir girando, movido por lo que coño sea, no queremos pararlo, siempre hay algo más que dar. Y de nuevo vuelve a la carga el sol, las calles toman aliento, el dolor vuelve a su escondite y el mundo vuelve a acomodarse para ti. Es entonces cuando creo que tu virtud esta en tu maldición. 

Dattebayo!

sábado, 18 de enero de 2014

Nuestros dramas

Estamos en un momento en el que consideramos que la vida te maltrata a la más mínima; te ha dejado la novia, no tienes trabajo/estas muy estresado, has discutido con tu madre o llevas mucho tiempo sin follar. Son solo algunos de los grandes dramas cotidianos que inundan nuestra mente y si no es el caso, nuestros oídos.

Confieso que en ocasiones estos temas te ayudan a mantener una conversación. Total, no hay nada que decir ¿Por qué no comentar lo obvio? ¿Por qué no echar una carrera, a ver quién es más desgraciado? También me resulta igual de triste la competición de quien de los sujetos viene albergando más éxitos, ya sabéis, quién ha ligado más, quien ha tenido más momentos de lucidez ante sus compañeros… En definitiva, quien la tiene más larga.

En cualquier caso, creo que se trata del proceso en el que nos adentramos en lo más profundo… De nuestra superficialidad. Tal vez no se trate necesariamente de un problema actual, y simplemente sea una de las debilidades de nuestro ego: consideramos problemas lo que la sociedad ha establecido que debe resultarte un problema. ¿Y no es mayor problema este estancamiento? ¿Esta esclavitud ante la necesidad de formar una vida con todo en su sitio? Quizá esta sea una de nuestras limitaciones a la hora de mejorar, nuestra mejora se enfoca más hacía hacer frente a estos “retos” que hacia nuestra autorrealización.

No soy el más indicado para decir a nadie como conducir su vida (sería el absurdo de los absurdos), pero sí que me veo capacitado para decir que debemos pensar en si esto que nos ocurre es nuestro drama o nuestra vergüenza, si el camino lo marcan nuestros problemas o nosotros marcamos el camino de nuestros problemas.

Igual son las altas dosis de cafeína que tengo ahora mismo en mi cuerpo, pero siento que podemos encontrar un camino alternativo a esta espiral de lamentación y amargura. Os preguntareis ¿Cuál? Pues no tengo ni puta idea… ¿Vaya mierda de conclusión verdad? Bueno, si tuviera respuestas a preguntas como esa no tendría necesidad alguna de escribir un blog o de desahogarme de algún modo.

Es posible que el simple hecho de observar esta limitación y aceptarla sea el primer paso que demos hacia lo que yo, románticamente, considero que aspiramos a ser, un humano sin limitaciones, el superhombre del que hablaba Nietzsche.


La verdad está dentro de nosotros muchachos, tenemos que hurgar ahí, por doloroso que sea.

jueves, 16 de enero de 2014

El "homo hípsterus"

Recomiendo que se escuche esto mientras se lee mi nuevo tratado:


En ocasiones la música es capaz de evocarnos hacia la grandeza, o así al menos lo estoy sintiendo en estos momentos escuchando a Bach… Nunca en mi vida lo había escuchado, hasta que he dado con una selección inmensa que solo se puede obtener poniendo de “the best of Bach en Youtube.

Lo sé, solo a un genio como yo podrá tener este buen gusto y sofisticación, solo yo podría apreciar esta música celestial y enardecerla como si nunca lo hubiera flipado con los Backstreet Boy cuando era pequeño.

Me siento tan jodidamente superior a las mentes simples y primitivas de esta sociedad, que hasta  sopeso entregarme al campo de la antropología para autodenominarme en una nueva especie: el homo hípsterus, una raza superior incluso al homo novo que plantea Sheldon Cooper en la sitcom The Big Bang Theory.

Este homo hipsterus establecerá un nuevo orden social, donde finalmente se erradicará a aquellos incautos que osen insinuar que hay alguna película que les gustase más que El padrino, o que se atrevan a ensuciar el buen nombre de los sagrados Starbucks. Si, serán de una especie muy inferior todos aquellos que argumenten que algo “les divirtió” o “les pareció divertido”, con la intención de alejaros de los canones que esta nueva especie ha establecido de todo aquello que: tiene auténtica calidad, demuestra tu superioridad intelectual y, en definitiva no te permita evolucionar hacia mi nueva y próspera civilización, el homo hípsterurus...


Y que nadie cuestione esto por favor, que yo en youtube busco a artistas como Bach, Mozart, Beethoven o a la gran Ópera Clásica (esta ya es la hostia porque le mete letra a sus temas).

martes, 14 de enero de 2014

Dejar de entendernos

Es difícil hacer un hacer un cálculo aproximado de cuantas personas llegan a formar parte de nuestra vida, principalmente porque el criterio puede variar: hablábamos, coincidimos en clase o en el trabajo, nos tropezamos una vez en el metro... El caso es que el abanico lo podemos ampliar infinitamente si queremos.                                                                                                                                                   
Cuando yo entro en estas divagaciones me gusta acordarme solo de aquellos con los que pude llegar a establecer algún tipo de vínculo, algo trascendente, algo que te importase, algo que, por mucho que nuestro orgullo nos lo pueda negar, no deja de importarnos. Aunque hayamos dejado de entendernos...

Esto es un hecho, nos dejamos de entender, en la mayoría de ocasiones. No es una cosa que llegue necesariamente con un conflicto o con una "pérdida de contacto", ya que hay personas con las que discutimos casi por norma o que podemos estar meses sin saber de ellos sin perder un ápice de su confianza. Creo que es simplemente un punto en el que dejamos de encontrarnos en el mismo lugar, en el que desaparece esa necesidad de estar unidos. En realidad es difícil de describir, por eso solo puedo expresar la palabra "desentendimiento".

Más allá de este discurso desalentador o pesimista, quiero dejar claro que esto ni de coña termina aquí. Estoy seguro de que si realmente existió un auténtico vínculo, este no se rompe, que es imposible que lo que tiene significado para nosotros, deje de tenerlo, que nuestra vara de medir se limite a “ya apenas nos saludamos si nos vemos” o “mira hacia a otro lado cuando estoy delante” ¿En serio? ¿Y ya está? ¿Todo lo que vives puedes borrarlo a criterio?

Aunque lo neguemos, ya sea por la decepción de cómo han resultado las cosas o por mera pereza, ese vínculo no se rompe. Siempre existe por lo menos una milésima de segundo en la que sonreímos al encontrarnos, en la que te acuerdas de los mejores momentos (aunque fueran pocos), en la que sentimos que estaríamos dispuestos a estar ahí si lo necesitase una vez más, eso que por irrisorio que resulte forma gran parte de lo que somos, eso nunca muere, aunque dejemos de entendernos…

viernes, 10 de enero de 2014

MATAMOSCAS

Es la primera palabra que se ha venido a mi cabeza y… Bueno, casi acto seguido he decidido que sería el título a mi primera entrada, si, "matamoscas". ¿Por qué no?

A fin de cuentas, de algún modo tienes que luchar contra el papel en blanco. Si de primeras me pongo exigente con lo que tengo que decir, nunca llegaré a decir nada. Eso sería terrible porque por aburrido o poco importante que resulte, sé que hay algo que tengo que decir.
El motivo es simple; todos tenemos derecho a desahogarnos a utilizar estos “sparring-blogs” donde solo sueltas paja a gente que le importa una mierda, pero es TU paja, por tanto lo que hay dentro de ti y que por tanto tiene que salir.

Siempre hay algo dentro de nosotros que tiene que salir ¿No? Ya sean nuestras habilidades, sentimientos, reflexiones, ataques de rabia o simplemente caca ¡Pero tiene que salir! ¿Qué sentido tiene mantenerlos siempre ahí dentro? ¿Cómo pensamos entendernos así? Es fácil pensar “no voy a decir nada que no haya dicho alguien antes” Eso no tiene mucha importancia porque tampoco estas pensando o sintiendo algo que no haya pensado o sentido alguien antes, entonces si no vas a dejar de pensarlo o sentirlo ¿Por qué vas a dejar de decirlo?

Perdón por esta reiteración  de palabras, sé que no es estético, pero no se me ocurre un mejor modo de expresarlo, igual que no se me ocurría otra forma de empezar a escribir que escribiendo la primera palabra que se me ha venido a la cabeza, ya sabes, “matamoscas”.


Honestamente no se me ocurre ninguna buena forma de hilar el título con lo que he escrito. Pero bueno podría decirse que el matamoscas es algo que uso para evitar un ruido molesto (moscas), y puedo asegurar que en mi cabeza ahora también hay mucho ruido… Aunque pocas nueces la verdad.