Hay quien dice que no hay nada peor que afrontar la pérdida, seguir adelante cuando tu mente y tu corazón permanecen atrás. Y estoy de acuerdo, pero matizaría esta afirmación. Porque esta carga puede ser aun mayor, cuando parte de tu propia decisión, porque crees que es lo correcto.
Es verdad que en ocasiones te puedes envalentonar, creer que
estas afrontando aquello de lo que otras personas huyen. Y cuando piensas de
más, llegas incluso a creerte que ofreces una suerte de revolución, que estas
por encima de lo que otros no soportan, que eres un héroe estoico del que se
podría hacer una película.
La cura de humildad llega de manera silenciosa, cuando menos
te lo esperas. Y llega en forma de un objeto que te ves obligado a ocultar, de
música que ya no puedes escuchar, de recuerdos que mientras mas bellos son, más
duelen, o de planes que tienes que archivar hasta el fin de los tiempos. Estas
cosas, e innumerables más dejan en tu corazón vacío inabordable, con el que no
hay estoicismo ni resiliencia posible para sostenerle la mirada.
No sigues adelante por ser nadie especial, sino porque no
hay otra opción. Solo lo soportas porque ya sabes que se pasará. No le pones
voz más allá de estas líneas porque no sabes que lucha están teniendo los
demás. Y no puedes culpar a nadie porque es tu decisión.
Hay cargas que vienen dadas y otras te echas tú mismo encima,
porque crees que son necesarias. Negocias con la culpa y con la duda, aunque la
factura acabará siendo la misma. Y solo puedes rezar por no haberte equivocado,
respetar tu propia convicción y tener fe en ella, porque sientes que no hay
alternativa.
Si has leído hasta aquí sabes que agradezco el apoyo, la compañía
en estos días complicados. Y que no hay que preocuparse, porque me desahogo en
los días malos, pero se que quedan muchos buenos por disfrutar. Porque elija la
carga que elija, pesen lo que pesen mis decisiones, tengo la fortuna de estar
rodeado de los que confían en que hago lo correcto. Y para mi eso vale más que
estar acertado.
Gracias a quienes lo saben, por todo.
Siempre vuestro.