sábado, 22 de marzo de 2014

Esa bestia

Llevaba mucho tiempo sin sentir la noche, sin acudir a un viejo columpio, sentarme y levantar la cabeza con la esperanza de ver alguna estrella, e imaginar que el viento silba con la intención de decirme algo.

Cuando sopla con fuerza puedo sentir como agita mi pelo hacia todas direcciones, como grita que deje de mirar hacia arriba y lo haga hacia el frente. Que me levante que grite y sacuda la culpa, el pasado y que saque la bestia que ruge dentro de mí.

Y hoy escribo de nuevo porque creo que ahora tras algo de tiempo, mereces que diga algo diferente. Pues podrás pensar que si tanto me dice el viento ¿Por qué estoy tan callado?

No sé si sabréis a que me refiero, pero si lo sabes y lo sientes, no encarceles más esa bestia, dará golpes en tu estómago, y nunca te implorará. Rugirá cada vez más fuerte, porque sabe que retumbará más fuerte que cualquier cosa o motivo razonable que te haga retenerla.

Así que aquí me tienes de nuevo mi querido lector, dispuesto a mejorar a través de lo que te digo, dispuesto a arriesgar y ser tal vez un puto bocazas al que en algún momento le prefieras calladito. Pues no veo otro camino para tener alguna posibilidad de que la bestia respire, se sienta libre y me deje tranquilo.

1 comentario:

  1. Conversaciones contigo mismo.
    Yo estoy tratando de amansar a la bestia, pero sigo manteniendola encerrada.
    Saca de nuevo la tuya y que vuelva a aparecer el bocazas! I miss you!

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